Este fue el mensaje predicado por nuestro pastor Rodrigo E. Zúñiga este domingo 12 de diciembre 2010.
Vamos un poco a la historia o el trasfondo histórico de este Salmo en particular. Hay quienes piensan que David redacto este Salmo antes de subir al trono y hay versiones que añaden que fue “antes de ser ungido”. Pero recordemos que David fue ungido tres veces, 1Sam. 16:13; 2Sam. 2:4; 5:3) por Samuel, por los varones de Judá, y por todos los ancianos según el relato bíblico. Los judíos sostienen que lo escribió cuando ya era viejo, con ocasión del gran servicio que le prestó Abisay (uno de los valientes de David) al socorrerlo contra el ataque del gigante (2Sam. 21: 16-17). Nada se sabe de cierto, pero lo mas importante es que, en el, da expresión David a los sentimientos piadosos con que los hijos de Dios acuden a su Padre, especialmente en tiempos de apuro, verdad, no nos ha pasado experiencias similares y hemos acudido rápidamente ante el trono de la gracia de Dios, verdad que si….En este mundo acelerado, a nadie le gusta esperar por la luz verde del semáforo, el cajero del banco, tramites varios o incluso la cena. Queremos las cosas ya, como en el “drive thru” ud. lo conoce, no es asi, todo rápido porque estamos y vivimos apurados, no tenemos tiempo, cuantos de los que estamos aquí nos sentimos identificados. Pero la Biblia insiste en que aprendamos algunas lecciones de las más importantes las pausas de la vida. Las salas de espera pueden ser aulas difíciles, pero Dios promete utilizar las demoras en nuestras vidas para bendecirnos, si se lo permitimos, no olvidemos que El es prudente y que siempre esperara nuestra autorización (tema que con la ayuda del Señor trataremos “libre albedrío”). Consideremos algunas grandes recompensas de la espera
I. Descubrimos la voluntad y el propósito de Dios para nosotros: Dios no nos “mantiene colgados” para divertirse con nosotros, ni tampoco para apaciguarnos o para gastar tiempo, diciendo: “vamos a ver” . En este mismo momento, mientras esperamos, El esta actuando para nuestro bien y para su gloria (Rom. 8: 28)
II. Recibimos energías y fuerzas físicas sobrenaturales: Isaías 40: 31 dice: “Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas”. Mientras que la impaciencia nos agota, el esperar activamente en Dios nos dinamiza. Debemos saber esperar, porque se puede esperar, pero regañando como niños malcriados y esa actitud inmadura e infantil nos agota mientras que esperar y descansar en El nos renueva.
III. Ganamos batallas: Cuando hacemos las cosas con impaciencia, terminamos derrotados. Pero confiar en el tiempo de Dios (Kairos) nos garantiza la victoria y nos evita tomar decisiones precipitadas e imprudentes (Pro. 20:22). Hace algún tiempo atrás, ya no recuerdo exactamente la fecha, predique un sermón el cual titule: “Nuestras decisiones determinan nuestro futuro” basado en la experiencia del pueblo hebreo en Cades Barnea, y creo que lo recordamos verdad.
IV. Vemos el cumplimiento de nuestra fe: Aunque esperar en dios puede parecer una tontería a los demás y burlas del prójimo como le ocurrió a Noe cuando se le dio la orden de construir el arca donde nunca había llovido, ya que la tierra era mojada por un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra como lo relata en el libro de Génesis (2: 5-6) y fabricar un arca y Noe no tuvo que empujar el arca hacia el agua sino que Dios hizo llegar el agua donde estaba el arca, porque Dios nos promueve de acuerdo a nuestra fe. Es siempre lo mas inteligente que se puede hacer, obedecer a Dios sin cuestionar lo que El ordena, al final, nunca nos sentiremos avergonzados (Is. 49: 23)
V. Vemos a Dios actuando a nuestro favor: Isaías habla del Dios que actúa “a favor de quienes en El confían” (Is. 64: 4 NVI). ¡Que promesa tan maravillosa! Mientras nosotros esperamos activamente, El trabaja activamente.
Al concluir este mensaje quiero que imaginemos de esta manera: esperar en Dios es como cultivar un huerto. Una vez que la semilla ha sido sembrada, tenemos que esperar, si queremos disfrutar del fruto….Aunque esperar puede ser uno de los aspectos mas difíciles de la vida cristiana, no es un tiempo desperdiciado….Durante los periodos de espera, Dios puede darnos enseñanzas o cambiar nuestras circunstancias, el Señor nos mantiene caminando en armonía con El, y nos prepara para recibir sus respuestas….Dios usa las demoras para depurar nuestras motivaciones y fortalecer nuestra fe….Cuando decidimos esperar; Dios nos premia con bendiciones grandes e inesperadas y siempre nos va a dar mas de lo que esperamos….A El sea la gloria por los siglos de los siglos, Amen.
Este fue la columna vertebral del sermón predicado por nuestro pastor, siempre es una bendición compartir lo que el Señor Jesús nos entrega a través de su vida.
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