miércoles, 2 de febrero de 2011

LIBERTAD DEL TEMOR


PASTOR: RODIGO E. ZUNIGA

LUCAS CAP. 2: 8-11

Este es parte del mensaje que nuestro pastor compartió este domingo 30 de enero, 2011. Comenzó con estas palabras: Voy a usar unos versículos del texto sagrado que comúnmente son predicados en época de Navidad, (un poco raro verdad?) pero como el mensaje de Cristo es para toda época y ocasión he aquí un tema de actualidad para un mundo y para la iglesia de Cristo.

El 6 de Enero de 1941, el Presidente Franklin D. Roosevelt, presento ante el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica un discurso, ahora famoso, sobre “Las cuatro libertades”. Dijo que los objetivos de las naciones que se hallaban en guerra con Alemania y sus aliados consistían en establecer y asegurar para toda persona en el mundo: 1 libertad para expresarse; 2 libertad para practicar la religión de su preferencia; 3 libertad de la penuria; y 4 libertad del temor. En esta ocasión vamos a pensar en la ultima de estas famosas “cuatro libertades”

Lucas 2: 8-11 dice que la noche que nació el Niño Jesús, “había pastores en aquella región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebano. Y un ángel del Señor se presento ante ellos, y la gloria del Señor los rodeo de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor”…..Este pasaje declara que Cristo libra del temor.

Los médicos afirman que un niño recién nacido tiene solamente dos temores. Teme las caídas repentinas y los ruidos fuertes….Con estos dos temores la vida humana comienza. Pero con el paso del tiempo aprendemos a tener miedo de un mayor numero de cosas….Algunas personas sienten miedo al encontrarse en lugares elevados, y otras en espacios reducidos. La sociedad espanta a algunos, mientras que otros son atemorizados por la aglomeración de una multitud….! Cuantos temores mas hay que a los humanos nos afligen! Pero al analizarlos, descubrimos que en el fondo todos nuestros temores se reducen a dos….Algunas personas temen morirse, mientras que otras tienen miedo a seguir viviendo….Pero nuestro texto declara que Cristo libra del temor. ¿Qué hizo para darnos esta preciosa libertad? Analicemos ahora.

I. Cristo murió para librarnos del temor de la muerte (Heb. 2: 14-15) A: Algunas personas temen morirse porque ignoran lo que haya mas allá. Para tales personas la muerte es un paso hacia lo desconocido, un brinco en la oscuridad. Y lo desconocido les atemoriza. Pero Cristo ha muerto y resucitado. Nos asegura que El sabe lo que hay mas allá, y nos invita a poner nuestra mano en la suya y no temer (Salmo 23:4)…….B: Otras personas temen morirse porque saben demasiado bien lo que hay mas allá. Saben que “esta establecido que los hombres mueran una sola vez, y después el juicio” (Heb. 9: 27). La certeza de aquel juicio les atemoriza. ¡Pero Cristo murió para librarnos del temor de la muerte! Por esto Pablo pregunto: “Donde esta, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde esta, oh muerte, tu aguijón? Pues el aguijón de la muerte es el pecado…..”(1 Cor. 15: 55-56ª)….Cuando la conciencia acusa de pecado, la perspectiva de la muerte espanta. Pero como la abeja, cuando pica se muere, porque deja clavada su lanceta en su victima, así Cristo, al morir por nuestros pecados, arranco a la muerte su aguijón. En consecuencia, para los que hemos creído en Jesús, la muerte carece de ponzoña. Por esto Pablo pudo decir para El el morir era “ganancia” (Fil 1:21)

II. Cristo resucito y vive para librarnos de los temores de la vida (Rom. 5: 10) A: El Cristo viviente nos libra de los temores de la vida por la seguridad de su presencia (Mat. 28: 20b) Se hace presente con nosotros por medio de su Espíritu (Jn. 14: 16-18) En consecuencia, no importa cuan difíciles sean nuestras circunstancias, Ej: Ban Ki- Moon titular de la Organización de las Naciones Unidas, exhorto el viernes (28 enero 2011) a los jefes de estado o de gobierno, así como a los lideres empresariales de diversos países a que emprendan una revolución económica para salvar al mundo, en su discurso dijo varias otras cosas, pero quiero rescatar esto. (vivimos tiempos proféticos, el escenario en el cual vivimos esta preparado para el fiel cumplimiento de lo que dijo nuestro Señor…) su presencia nos infunde confianza y nos abre la puerta para un testimonio eficaz (Hech. 16: 25)……..B: El Cristo viviente nos libra de los temores de la vida por el poder de Su intercesión (Rom. 8: 34; Heb. 7: 25). Este poder fue demostrado en el caso de Pedro (Luc. 22: 32). Por Juan 17: 6-26 sabemos que al interceder por nosotros el Señor pide tres bendiciones: protección (vv. 11-15); consagración (vv. 16-19); y la contemplación de Su gloria (v. 24)……Como hemos de amedrentarnos frente a los golpes de la vida cuando sabemos que nuestro amado Salvador vive para pedir para nosotros estas tres incomparables bendiciones?

¡Cuan alentador es saber que Cristo libra del temor! Murió para librarnos del temor de la muerte, y resucito y vive para librarnos de los temores de la vida. Pero ¿Quiénes disfrutan de esta doble libertad?...Oigamos de nuevo nuestro texto: “Pero el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí os doy buenas nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor” (Luc. 2: 10-11). Fijémonos bien en que la última palabra del texto es “SENOR”. La gloriosa libertad que Cristo ofrece se hace realidad solamente en quienes le reciben como Soberano Rey de sus vidas……….La raíz de todo pecado es el egoísmo, la rebeldía en contra de la soberanía de Dios….Queremos ser libres. Pero al independizarnos de Dios, nuestra supuesta libertad resulta ser un vil engaño, porque a la larga no trae sino fracasos, amarguras, esperanzas fallidas y dura esclavitud….Solo Cristo da verdadera libertad, y la da a todos los que se sometan incondicionalmente a su divina soberanía…..El Cristo libertador esta aquí. El dice: “He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare a El, y cenare con El, y El conmigo” (Apoc. 3: 20). Invítale a entrar. Haga suyas las palabras del himno que dice: “Ven a mi corazón, oh Cristo, pues en El hay lugar para ti.”….Así podrá entrar en una vida de creciente libertad de todo temor. Terminando el mensaje nuestro pastor nos invito a meditar en el libro del profeta Isaías capitulo 41: 10 para que esa porción de su Palabra se grave en nuestros corazones, reconociendo que para los tiempos que vivimos, esta será de fortaleza a nuestras vidas…..Alabado sea Su glorioso nombre….Santo eres Tu Señor…..Demos gracias al Señor, le invito, venga a adorar al Señor postrado a su presencia.

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