sábado, 3 de diciembre de 2011

LA PRIORIDAD DE LA ALABANZA

LA PRIORIDAD DE LA ALABANZA – 1 CRONICAS 23: 4b – 5a

PASTOR: RODRIGO E. ZUNIGA

Gracias al Señor por este hermoso fin de semana de Acción de Gracias o Thanksgiving. Tradicionalmente la IMP. realiza un paseo para celebrar este importante día en este país. La congregación fuimos a Bill Baggs Cape Florida State Park (Lighthouse) en Key Biscayne, conocido como “el Farito” fue un hermoso día donde compartimos alimentos típicos que se preparan para estas fiestas de Acción de Gracias.

Hace varios años David Wilkerson llegó a ser conocido por su libro La cruz y el puñal y por la película que hicieron basada en el libro. David Wilkerson trabajaba en los barrios bajos de varias ciudades principales. Un día, al caminar por una zona peligrosa en la ciudad de Nueva York, una pandilla empezó a aproximarse a Él. Al principio, el temor se apoderó de su corazón. Luego, Wilkerson palmeó sus manos y gritó “Alabado sea el Señor” Cuando eso pasó, la pandilla se detuvo repentinamente, se dio vuelta y corrió……En el primer libro de Crónicas capitulo 23 tenemos un festival de alabanza. David designó 4.000 cuyo trabajo era tocar sus instrumentos musicales y alabar al Señor. La alabanza al Señor se convirtió en su prioridad. En nuestra lista de prioridades necesitamos colocar la alabanza. Encontramos muchas razones para alabar al Señor. Y la pregunta es sencilla en esta mañana, y es la siguiente ¿Por qué alabamos a Dios?

Porque El es Dios: El es soberano. El es el Señor de la vida. Dios llamó a David del aprisco de las ovejas para convertirse en rey de su pueblo. Esta fue la obra de Dios en la vida de David. Los años pasaron. En el texto leemos que David había llegado a ser un hombre de setenta años de edad. Pronto iba a morir. Había gobernado a Israel por cuarenta años. Y ahora Dios tenía un reemplazo en su hijo Salomón. Como David y Salomón, debemos hacer de la alabanza al Señor una prioridad, porque El es Dios…..El Señor soberano continua obrando sus asuntos en las vidas de su pueblo. Nosotros No podemos o No debemos poner a Dios a un lado. Las naciones pueden “desembarazarse” de Dios por un tiempo, pero El siempre está en su trono. En su mano está el torbellino y la tormenta; el levantamiento y la caída de las naciones; el establecimiento de reyes y presidentes y el destronamiento de ellos, Amen. El Señor puede parecer no estar “en control” porque siempre permite al hombre su libre albedrío. Pero nunca olvidemos que Dios está en control y debemos alabarlo por eso…….En el año 313 d. de J.C. Julián el apostata murió en el campo de batalla. Ese emperador había tratado con todo su fervor de borrar la causa de Cristo y destronar a Jesús como Señor. Cuando su sangre fluía de su cuerpo, El dijo jadeante las palabras: “Has vencido, galileo” El Señor siempre vence. Debemos alabarlo por ser el Dios que permanece como el Señor de todo….Alabado y bendito sea su nombre..

Porque El tiene cuidado de su pueblo: A lo largo de toda la vida de David vemos la mano de Dios sobre la vida de ese hombre escogido. El prepara a David durante los años de su juventud. Vemos a Dios protegiendo a David cuando enfrentó a un oso y a un león, y al matar a un gigante. Le vemos a Dios cuidando de David cuando Saúl trató de matarlo una y otra vez. Saúl trató de usar a su propia hija para matar a David, pero Dios lo cuidó siempre…….El libro de los Hechos registra la historia de Dios usando a alguien para salvar la vida de Pablo. Un grupo de 40 hombres conspiraban para matarlo (Hech. 23). Un sobrino de Pablo alcanzó a escuchar el plan y lo contó a Pablo, que lo envió a pedir ayuda al tribuno romano……El mismo principio se aplica todavía. Dios usa la gente para llevar adelante sus planes hasta que sus propósitos han sido cumplidos en nuestras vidas. Una canción, himno dice: “No te desalientes pase lo que pase. Dios cuidará de ti” ¡Que consuelo saber que el Señor nos ama y cuida de nosotros! Cualquier persona puede relatar experiencias personales en las que Dios ha obrado para cuidarlo. ¡Por esa razón debemos alabar al Señor!

Porque El nos da sanidad y salud: El Salmo 103: 1-3 habla de la obra de Dios en nuestro favor. David también dice: “Envió su palabra y los sanó”. Dios sanó a los israelitas cuando fueron mordidos por serpientes. El también les dio sanidad…..Nosotros oramos, esperamos y anhelamos, pero no podemos ordenarle a Dios, porque El es Señor sobre toda la vida. El sanó a Ezequías (Is. 38). Tal vez no era la perfecta voluntad de Dios que Ezequías sanara; Ezequías vivió para tener otro hijo llamado Manases, que llegó a ser el rey mas pecaminoso de Israel, “que pasó a los hijos de Israel por fuego”. Pero Dios no levantó a Ezequías de acuerdo con la petición del profeta……El Señor nunca sanó a Pablo de su “aguijón en la carne”. Casi al fin de su vida Pablo dejó enfermo a Trófimo en Mileto (2 Tim. 4: 20)….David se puso grave a los 70 años y el Señor no lo levantó ni lo dejó vivir más…Pero alabamos al Señor en nuestra enfermedad y en nuestra salud. El sigue siendo nuestro sanador y un día El resucitara a su pueblo a salud y felicidad eterna…Alabado sea su nombre Por su gloria que nos rodea: David dijo: “Los cielos cuentan la gloria de Dios…” (Sal. 19: 1). El había testificado de la gloria de Dios muchas veces. Un día Salomón construyó el templo, la gloria de Dios la llenó cuando fue dedicado. El libro segundo de Crónicas nos relata el acontecimiento. La gloria estaba en todas partes…….Y ahora Dios nos llena a nosotros, su nuevo templo, con su presencia, con su Sekinah. Su Espíritu Santo vive en nosotros para que la gloria de Dios pueda ser experimentada por todos nosotros. En los días del Nuevo Testamento, la iglesia del Dios vivo sabía lo que era ser envuelta con la presencia de Dios….El Señor quiere que su gloria llene nuestras vidas una y otra vez. Nosotros podemos ahora abrir nuestras vidas a Dios, dejarle llenarnos con su presencia y alabarlo por lo que El hace en nosotros y a través de nosotros. Proclamaos su gloria, el mundo desea conocer su gloria…Aleluya..

Por su gloria futura: Cuando nuestros días se completen sobre la tierra, el día eterno empezara para nosotros. El Salmo 73: 24 declara: “Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria” David al fin de su vida podía alabar al Señor porque El pronto contemplaría al Rey en su gloria. ¿Y cómo supone usted qué sería? Una “muestra” se ve cuando el Señor llevó a Pablo al tercer cielo, donde vio y escuchó cosas que El no podía contar al regresar a la tierra. Un vislumbre de la gloria de Dios se ve en la Transfiguración de Jesús y también del Señor después de su resurrección….Vemos esa gloria revelada en Apocalipsis cuando Juan ve a Cristo el Señor…Esa va a ser la vida futura del pueblo de Dios. Y por esta razón podemos alabar al Señor. Usted y yo necesitamos avivar constantemente nuestras alabanzas al Señor…Uno de los Salmos declara: “Siete veces al día te alabo…” (Sal. 119: 164). Esa es alabanza perpetua que necesitamos practicar hoy en día; termino ahora diciendo esto para que lo meditemos sinceramente tu y yo ¿Realmente lo estamos haciendo? No solamente en el templo, allá donde no hay guitarras, pianos, instrumentos musicales…..Oh Santo, Santo, Santo eres tu Oh Dios….Oremos


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